Esto que va una chica y se mete en un bar nazi
Cuando me harté de los filtros de spam de Tinyletter y sospeché que MailChimp estaba boicoteando el servicio a posta para cargárselo, no le di muchas vueltas y me vine a Substack. El error estuvo en la parte de “no le di muchas vueltas”. Quería algo sencillo de poner en marcha porque no tenía capacidad mental para algo más elaborado, aunque la idea de mi propia web bajo mi control me tentaba mucho. Pero me pudo la pereza (o el cansancio), no lo hice, y acabé en un bar de nazis.
No me di cuenta inmediatamente, claro. Sigo a gente fantástica por Substack y no se me ocurrió mirar más allá. Por supuesto, es ahí donde está el demonio de la web moderna; te exige un esfuerzo extra para asegurarte de que no te están estafando o, en este caso, que te has metido en un bar de nazis. Porque este es un bar nazi, aunque me haya sentado en la mesa de las tías chulísimas.
Cuando digo bar nazi me refiero a que esto está lleno de nazis que cobran una pasta (y por lo tanto, Substack también) también por ser nazis y que Substack no piensa parar, porque dan mucha pasta. Y cuando digo que son nazis no me refiero a gente de dudoso conservadurismo, me refiero a nazis de carnet como Patrick Casey y Richard Spencer, gente con una esvástica en el avatar y que titula cartas como “The Jewish Question”. Vamos, lo que viene siendo nazis de toda la vida.
Total, que se me hincharon las narices y lo hice, me he creado mi propia web, y encima fue mucho más fácil de lo que pensaba. Compré el dominio, compré el hosting en Banahosting (link afiliado en favor de Nuria, de CasaTiaJulia, que me ha ayudado un montón), y en un puñado de clicks en CPanel tenía mi Wordpress en pie. Me arrepiento de no haberlo hecho antes, ojalá hubiera sabido que era tan fácil. Ahora todas mis cartas están en
http://thefemmeurge.maltita.es/
y estarán ahí hasta que yo me canse de tenerlas ahí. Sin riesgo a que la plataforma cierre, se llene de nazis, cualquier otra eventualidad. Es mía y será mía siempre, y yo tengo control total sobre lo que hago en ella.
Respecto a la gente suscrita, ya la he migrado a la web, y estoy configurando un plugin que os mande un aviso cada vez que publique un post, que ya sabéis que no es a menudo. Si queréis dejar de recibirlos, tendréis un botoncito abajo para hacerlo, y ya está. Para vosotras el cambio será que veréis las entradas en una web más bonita, y que no daréis visitas a una web de nazis, que eso está bien.
Respecto a la gente a la que sigo allí, hay algunos perfiles que hacen crosspost entre plataformas, y podré seguirlas allí. Las que no, me dará mucha pena, pero está en sus conciencias, no en la mía. No cerraré del todo mi cuenta por dos motivos; uno, no quiero que nadie me usurpe el usuario (cosa que Substack permite hacer), y dos, quiero que si migran la lista de suscriptores a otra parte, estar incluida. Pero mi perfil estará vacío, borraré todas las cartas y marcaré Substack como spam para no abrir ninguna.
Si me lees y escribes una newsletter, te pido que consideres migrarla, y te dejo unas cuantas opciones:
Si lo que estás buscando es algo como Tinyletter, tu sitio es WriteFreely. Si no sabes a qué instancia (comunidad) unirte, tu sitio es Escritura Social, que la lleva la Nuria antes mencionada. Es un blog ultra minimalista, con varias opciones de privacidad configurables y con un feed fácil de navegar. Solo para leer y escribir, sin más. Tengo cuenta ahí para leer, aunque no sé si escribiré.
Si lo que quieres es un Substack con todas las funcionalidades de Substack pero sin nazis, entonces estás buscando Ghost (open source SaaS), Buttondown (también open source) y Outpost que encima es una cooperativa. Aparentemente, migrar de Substack a Ghost son 20 minutos incluyendo los pagos, así que no debería costaros mucho.
Hazte una web. Esto es más demandante, cuesta dinero, da pereza, etc, pero da la paz mental de que pase lo que pase, tus posts van a ser siempre tuyos. Si os apetece esto y no sabéis por donde empezar, dadme un silbidito.
Aquí os dejo una newsletter migrada a Ghost, explicando por qué deja Substack y las opciones que ha considerado. También os dejo un artículo de The Guardian hablando de nazis en Substack, que ya hay que ser nazi para que lo diga The Guardian.
Me despido con una última cosa: escribid algo. Os remito a esta entrada. Crearos un blog en blogspot y hacedmelo llegar, cread una lista de correo manual, me da igual, pero me apetece mucho leeros. Pero no escribáis en un bar de nazis.
Cuidaos mucho,
Malti